martes, 18 de octubre de 2011

El binomio austro-alemán

No hay duda que Sebastian Vettel es un talento nato de los monoplazas. Debutó en la Fórmula uno en 2007 sustituyendo curiosamente a Kubica en Indianapolis, tras el terrible accidente sufrido por el polaco una semana antes en el circuito de Gilles Villeneuve de Montreal. Afortunadamente sin consecuencias.

El piloto alemán se convertía en el más joven debutante en conseguir puntuar en la F1, puesto que en esa su primera carrera consiguió un grandísimo resultado, cruzando la bandera a cuadros en la 8ª plaza, (había salido 7º). Desde su prirmer entreno se vio de forma clara y cristalina que este jovenzuelo, que por aquel entonces contaba con 19 escasos años iba para algo más que un buen piloto. Esa misma temporada, después de mostrar gran potencial con BMW, fue contratado por Toro Rosso para que empezara a desarrollar su carrera como piloto oficial en la escudería italiana. Y no defraudó. 2008 fue el año de su consagración, tuvo muchos problemas durante las primeras carreras, sumó cuatro carreras consecutivas abandonando, pero poco a poco fue asentándose en la zona de putos. Incluso llegó a sorprender, y ganar su primera carrera con el Toro Rosso, primera y única victoria de este equipo. En Monza. Esto le valió para seguir dando grandes saltos, y acabar subiendo al "equipo mayor" de Toro Rosso, Red Bull. A partir de ahí, la historia de este gran matrimonio, de este total y absoluto voraz binomio lo conocemos todos.

Sus cualidades como piloto son magníficas, tiene una agresividad pasmosa para tirarse al vértice de las curvas y aprovechar toda la tracción para salir de ellas. Que es lo que a muchos nos llama más la atención. No solo es fruto de las características de su coche, sino Webber seguramente estaría ahora mismo peleándole el mundial. Ese porcentaje de importancia del piloto en la F1 actual hay que saber aprovecharlo hasta sus últimas consecuencias. Vettel va al límite cuando tiene que hacerlo, rapidísimo a una vuelta, -por eso el hecho de tantas y tantas poles-, por ello nada de lo que hemos visto es casualidad. Sin bien es cierto que no creo que Hamilton, o Alonso sean peores pilotos que el joven alemán como para haber visto tal dominio durante esta temporada que esta a punto de finiquitarse. Aerodinámicamente el Red Bull es perfecto, superior a los demás, he ahí la gran diferencia.

Cuando Michael Schumacher se retiró de la competición, el interés por la fórmula uno disminuyó en el país germano. El legado que dejó era demasiado grande. Fue un deportista con una calidad eminente, comparable seguramente a lo hecho por Michael Jordan en la NBA. Estas figuras que encandilan tanto al público, cuando se retiran, acaban provocando el desánimo en los aficionados. Y eso es lo que ha pasado en Alemania. Se vivió con muchísima pasión el éxito de "Schumi", al igual que pasa en España con Alonso.

Quizá Vettel pueda ser el nuevo Kaiser, y quien sabe si algún día llegará a batir los extraterestres récords que ha dejado su compatriota. El mundial conquistado en 2010 ha propiciado un cambio brutal en su manera de afrontar las carreras. Mentalmente es muchísimo más fuerte, tiene una confianza en su pilotaje y en su coche digna de los más grandes, y es que una temporada como la pasada, ha curtido en él a base de bien. Digamos que se ha creado un mostruo dentro del gran circo, casi imposible de batir a día de hoy. Veremos si con la "descongelación" de motores en 2013 la cosa cambia, o cuando menos se iguala, porque parece que 2012 seguirá siendo dominada por un binomio casi indestructible. Ojalá me equivoque.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario