domingo, 28 de noviembre de 2010

Destinos trazados



Todavía sigue en el recuerdo la final four de 2007 de la liga universitaria disputada en Atlanta. Aquel fin de fiesta que acabó coronando a los Gators de Florida como bicampeones de la nación de forma consecutiva. Liderados por Noah, Horford y Corey Brewer, en esa final tendrían que lidiar con un tal Greg Oden y sus Buckeyes de Ohio State. Pero esa es otra historia. OSU llegó a la final tras ganar en un épica semifinal a la Georgetown de un tal Roy hibbert y Jeff Green. Partido emocionante, espectacular... memorable. Un duelo face to face entre dos pívots que estaban llamados a dominar la liga de los mayores. Aquel partido fue jugado con una intensidad y una calidad desgarradora por ambos centers. Sabían que se jugaban muchas cosas en ese partido. Millones de peronas estaban pendientes de dos gigantones con un talento especial para jugar en la pintura. Y ninguno defraudó en aquel partido, aunque el vencedor fue Oden, que dejó a Georgetown sin poder disputar la final.

A Oden solo le hizo falta jugar un año para dar el salto a profesionales, no obstante, se decía que iba a ser número uno del draft idiscutiblemente por delante de Durant. Hibbert quería agotar sus cuatro años de ciclo universitario, y así lo hizo. Decidió seguir trabajando para llegar con una base más sólida. Todo lo contrario que el de Ohio State, que aterrizó en el basket profesional más verde, pero con un potencial de futuro terrorífico. Pero como bien sabemos las lesiones de rodilla le han acompañado estos últimos años. Estas lesiones son muy difíciles de curar, y más se se trata de un jugador de 2.15 y más de 120 kg de peso.

Hace unas semanas, Oden hacía público sus ganas e intención de regresar a la competición lo antes posible. Quería demostrar todo el potencial que atesora. Estaba ansioso por quitarse ese san benito que le han colgado desde su llegada a la NBA, de "El nuevo Bowie". Sin embargo, las malas noticias han vuelto a llegar a la franquicia de Oregon en referencia este jugador, se confirmó que estaría otra temporada ko. Un nuevo año condenado a trabajos de rehabilitación para fortalecer sus maltrechas rodillas que tantísimos problemas están causando al ex jugador de Ohio State. Y no ha tardado en salir la prensa a hacer un ejercicio de ventajismo criticando a Portland por esa elección en 2007, y tachando a Oden como un fracaso en el draft. Críticas un tanto duras si tenemos en cuenta que hablamos de un chico de 22 años... El tiempo pondrá cada cosa en su sitio.

En el lado contrario está Hibbert, que ya en su tercer curso en la NBA está haciendo un comienzo temporada espectacular con unos mejorados Pacers. Jugador disciplinado, inteligente, con muy buenos gestos técnicos en ataque, y muy intimidador en defensa. Poco a poco, paso a paso está ganándose el respeto de un liga siempre muy dura en todas sus vertientes. Se ha ganado la titularidad y los minutos a pulso. Además este año tiene un rol muy destacado en el juego, eso denota lo fundamental que es este mastodóntico pivot en la actual plantilla de Indiana.

Ironías del destino, el pivot que tenía que estar dominando las pinturas de la NBA en estos momentos sigue en el dique seco sin poder mostrar todas sus aptitudes. Por contra, el pivot que llegaba más de tapado, sin unos números tan excepcionales, es el que se está llevando todas las alabanzas hasta este momento, por supuesto muy merecidas. Pero como podemos comprobar, el factor suerte/mala suerte con las lesiones es determinante en la carrera deportiva de cualquier deportista que se precie.

Esperemos, por el bien de la liga, que estos dos pivots se vean nuevamente las caras en una pista, y así poder deleitarnos con duelos como los de esa Final Four de hace tres años. Duelos en los que uno recibe la respuesta del por qué gusta tanto este deporte.


Saludos