lunes, 13 de septiembre de 2010


Han pasado catorce años, pero la selección de USA ha vuelto a conquistar el oro en un mundobasket después de que lo hiciera la segunda versión del Dream Team, en el 94. Mucho han navegado sin un rumbo claro en esta competición que, para ellos es de mucha menor importancia que las olimpiadas, dicho sea de paso. Pero es evidente que en los últimos tiempos la imagen de los norteamericanos no ha sido nada buena. Aquel ridículo espantoso en su mundial de Indianapolis en 2002, juegos de Atenas, y mundobasket de Japon han supuesto golpes muy duros para la credibilidad del baloncesto en Estados Unidos.
Luego de verle las orejas al lobo (el gran nivel del baloncesto FIBA) volver a conquistar los juegos olímpicos de Pekín fue todo un puñetazo encima de la mesa, y más ganando a la que era la actual campeona del mundo y la que practicaba el mejor juego, como era la selección española. Después de eses juegos, parecía como si todo el trabajo de demostrar quien es la principal potencia del baloncesto del mundo estuviera confirmado. Y es evidente que la plantilla que presentó coach K en el mundobasket de Turquía no era ni muchísimo menos de las más competitivas, bastante revolucionarias, renunciando a llevar gente grande, y de garantías. Pero a tenor de los resultados cosechados nadie puede decir ni media palabra sobre este mundial conquistado por los USA. Ganaron todos y cada uno de los partidos disputados, incluídos los de preparación. Han tenido que batirse contra grandísimas selecciones, de mucho potencial, y con bases más sólidas que la de los americanos. La selección turca llegó a la final bastante más mermada en condiciones físicas que los americanos, y creo que esa ha sido una de las principales claves de que USA haya ganado de una forma tan clara, puesto que los turcos tenían equipo y juego para plantar más batalla de la que en realidad le plantó. Era su mundial, jugaban en casa, pero fueron ovacionados por su fiel afición al final del partido.Ellos sabían que era todo un logro estar en la final, ya que nunca habían saboreado esas mieles, querían más, pero ese agónico partido de semifinales contra Serbia les pasó mucha factura. Ya en ese partido vimos síntomas de que algo no funcionaba bien en la selección dirigida por Bogdan Tanjevic. Ilyasova estuvo desaparecido durante los cuarenta minutos de ese partido de semifinales, y lo peor de todo es que tambien tuvo una nefasta actuación en la final. Le falta madurez al jugador de los Bucks, madurez para afrontar este tipo de partidos, si no mejora esa faceta no se acabará de consagrar en la NBA, y eso si sería una faena dado el enorme potencial que tiene este jugador. Ya lo demostró en el Barça, es un jugador que puede jugar casi de lo que quiera, y si se lo propone puede dominar los partidos de una forma fastuosa.

Pero si ha habido un nombre propio por encima de los demás en el equipo ganador, ese es Kevin Durant. Desde el primer momento aceptó la responsabilidad de liderar a ese bloque de jugadores, y no ha defraudado en absoluto. Se ha comportado como un total y absoluto dominador del juego ofensivo. Dominando a base de talento, y mostrándose indefendible independientemente del jugador que tuviera delante. Y es que hay que tener en cuenta que no todos los jugadores NBA se adaptan tan bien a reglas y juego FIBA. Era una prueba de fuego para este joven jugador que está llamado en no muchos años a ser el mejor jugador del mundo. Talento y carácter ganador a la par que inteligente no le falta. Y de ello pueden dar cuenta sus rivales y sus propios compañeros. Miedo da este chico.

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