Se veía venir. Don Aíto Garcia Reneses ha acabado pagando los platos rotos de las malas gestiones deportivas del Unicaja Málaga. El haberse quedado fuera de la copa del Rey ante el Gran Canaria, (que por cierto está, nuevamente haciendo otra temporada sublime) ha terminado con la paciencia de la directiva malagueña y de su propia afición. La pésima temporada que están haciendo unido a una malísima imagen de equipo desunido, y sin criterio en el juego es algo que un equipo de la entidad del Unicaja no se puede permitir. Y como siempre suele pasar en estos casos, se toma la decisión más fácil, que es rescindir el contrato al entrenador para intentar cambiar la dinámica del equipo.
Ahora las dudas que se ciernen entorno al club es, como la lógica hace pensar, si realmente la situación deportiva realmente va a cambiar de ahora en adelante, cuando los mayores errores vienen masticados directamente de los despachos, de fichajes rácanos y mediocres que no dan calidad suficiente a esos proyectos. De jugadores baratos, que son válidos más para triunfar en entidades con otras expectativas diferentes.
El fichaje de Terrel McIntyre fue la gran alegría del verano en el conjunto andaluz. Pero desde comienzos de la temporada las lesiones han lastrado el juego del ex base de Montepaschi Siena. Una fascitis plantar le tuvo apróximadamente un mes de baja, y ahora, una rotura en el bíceps femoral tiene la culpa de que siga sin poder rendir como se espera de él.
Es evidente que, en parte, la mala suerte les ha perseguido, puesto que otro de los que se suponía que debían marcar las diferencias en este equipo era Saúl Blanco, y por el tema de las lesiones el año pasado pues no parece que esté dando ese salto de calidad que todos estamos deseando ver, y que tanto ayudaría a su equipo. Porque el juego exterior escasea, y además es bastante mediocre, no crea juego y anotan muy poco desde fuera. Así resulta muy comlpicado hacer cosas positivas.
Jugadores como Gillem Rubio destacan en equipos más humildes, pero cuando fichan por uno de más nombre la cosa cambia. Y los estamos viendo.
A Giogios Printezis se le sigue esperando. No hemos visto todavía ni a la sombra de lo que tuvimos oportunidad de ver en Olympiacos. ¿Alguien entiende algo?...
... Lo fácil es despedir al entrenador, aunque este sea uno de los mejores, o quizá el mejor entrenador español de la historia. Paradojas de la vida.
Saludos
Antes de nada, enhorabuena por el blog.
ResponderEliminarEl cambio de Aíto era inprescindible por el ambiente reinante en el Carpena y en el vestuario. Los efectos de su salida se han notado en los dos partidos de la era Mateo y, ante todo, en alguna declaración de algún jugador que ahora vuelve a sonreír (Tripkovic, Printezis, McIntyre...).
Estas situaciones son siempre así, si hay que eliminar a un culpable, ese es el entrenador. Así el fuego no se propaga más arriba. No creo que Aíto fuese el último causante de los maels del Unicaja, pero sí la pieza más fácil de eliminar. ADemás no creo que a él le haya preocupado mucho esta salida.
Saludos desde Puertatrás (te invito a entrar en mi blog)
Muchas gracias por tu opinión.Un placer.
ResponderEliminarEstá claro que lo fácil, o lo "normal" cuando la dinámica de un equipo no funciona es el cambio de entrenador. Evidentemente algo de culpa tendrá. Pero creo que la política de fichajes del club malagueño no está siendo nada buena en los últimos años, y eso se nota en los resultados. Aún así, no hay que olvidar que Aíto ha metido al Unicaja en el Top 16 de la euroliga, y eso tiene mucho mérito.
Ojalá cambie realmente la cosa y volvamos a verlos pelear con los mejores.
Saludos