Metiéndonos de lleno el terreno de la competición en la Fórmula uno, vemos como en no muchas décadas los monopalzas han cambiado enormemente a simple vista, eso sin hablar de aumento excesivo de la electrónica en los motores. Que hacen más fácil -o más dócil- la conducción de coches de más de 700 cv de potencia. La aerodínamica por otro lado es quizá, el aspecto a desarrollar en el que más han incidido los ingenieros desde que se ha reglamentado la congelación en el desarrollo de los motores, que en principio finaliza en 2013.
El "efecto lapa" que producen los alerones y el fondo plano de los coches al suelo provoca un agarre espectacular, además de conseguir mucha estabilidad se logra una gran velocidad de paso por curva. En esto se ha trabajado desde tiempos inmemorables, pero con la no evolución de los motores, los equipos se han visto obligados a incrementar sus esfuerzos y sus gastos económicos en conceptos de aerodinámica, para así ser más rápidos en las curvas a la vez que renunciando a tener menos velocidad en recta.
La gran sofisticación de los alerones y cualquier aspecto que esté relacionado con la mejora del rendimiento de un F1 a la fuerza del aire, también trae consigo sus lados negativos. Sobre todo en el aspecto del pilotaje. Minimizar los defectos del *Drag ha sido el comedero de cabeza de la FIA y los ingenieros para poder facilitar los adelantamientos. Pero no ha sido nada fácil hasta la llegada esta temporada del DRS.
* Digamos que el drag son las turbulencias o la resistencia para poder avanzar, que se produce en el momento en que un monoplaza trata de pegarse a la parte trasera de otro monoplaza. Este es el precio que hay que pagar por desarrollar unos alerones que permitan un paso por curva más alto y más estable.
Un nuevo mundo ha llegado
Pero todo esto ha cambiado en este 2011 con la irrupción del DRS (Drag Reduction System). El ya famoso alerón trasero móvil que ha revolucionado positivamente la F1. Este alerón permite abrirse de forma electrónica accionando un botón desde el volante, y de esta manera disminuye drásticamente la resistencia al aire, asi resulta más sencillo poder pegarse a la parte trasera de otro coche cuando se intenta hacer un adelantamiento. Esto ha traído consigo que este año estemos viendo infinidad de pasadas entre los pilotos, eso que tanto nos gusta al público y que se ha reclamado hasta la saciedad. Estamos disfrutando como niños con tanta emoción e incertidumbre en las carreras... salvo en la lucha por la victoria, posición que pertenece a Vettel y su poderoso Red Bull. Quizá éste sea el punto negro de la temporada, demasiado dominio del alemán, al que nadie está pudiendo hacer sombra. Aunque detrás se libra mucha batalla, diversión y emoción sin tregua en cada GP.
Dicen que el verdadero éxito de ver este año tantos adelantamientos es de los nuevos compuestos de neumáticos que suministra Pirelli, con gran degradación, y por tanto plantea mucha incertidumbre durante las vueltas de carrera. Mi opinión es más global, todo ayuda, por supuesto, pero sin DRS adelantar seguiría siendo extremadamente complicado. Ahora los rebufos son muy factibles, y esto se debe, curiosamente, a la tecnología más innovadora llevada a cabo por los mejores ingenieros del mundo del motor. Esa tecnología, que de tanto espectáculo que nos privó antaño, ahora nos ha sabido recompensar. Simples paradojas de este mundillo difícil de entender.